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sobre las independencias

Nos aseguran que la insurrección de Sudamérica va mucho más allá de lo que se dice en los periódicos españoles. Una carta enviada desde Río de Janeiro con fecha del 2 de diciembre explica que la rebelión se ha extendido por todo Potosí y que en las regiones mineras han sido quemados todos los archivos reales. La misma carta incluso contenía un manifiesto con un llamamiento al pueblo de la América española para que declare su plena independencia.

Londres, a 23 de junio.
(desde Francia.)
Los sucesos acaecidos en Sudamérica son de gran importancia; no obstante, hace tiempo que eran de esperar. De hecho, es de extrañar que estas vastas posesiones hayan permanecido tanto tiempo bajo la soberanía de la metrópoli, ya que el Gobierno español carecía por completo de energía. Por ello no ha supuesto sorpresa alguna tener noticia de que por fin ha despertado el ansia de la independencia en los habitantes de estas regiones, que han tomado la decisión de seguir adelante como un Estado independiente. 

Según las informaciones que han llegado con la corbeta Musette, la revolución de Sudamérica estalló en los últimos días de abril en Caracas y la Guaira. Los gobernadores de estos lugares fueron arrestados y enviados a Maracaibo. (...) El Intendente General, el Intendente y algunas personas más, que pretendían mantener la provincia bajo soberanía española, han sido arrestados sin que se haya infligido violencia alguna contra su integridad física. Tan sólo han sido trasladados a un lugar seguro de la costa y, desde allí, han sido embarcados rumbo a Cuba u otros lugares como Puerto Rico. El pueblo ha declarado sin más demostraciones de fuerza que no desea otra cosa que un Gobierno libre e independiente.

América.
En el transcurso del año 1810 la situación de América ha cambiado ostensiblemente; las ataduras de la niñez han dado paso a una floreciente adolescencia llena de esperanza; la tutela europea ha concluido. Actúa con independencia, determinando su propio ámbito de acción. Inconmensurables son los medios que la naturaleza pone a su disposición y fervientes, las fuerzas que reúnen sus pueblos. ¡Ojalá los Estados libres del Norte y los Estados libres del Sur compitan fraternalmente!

España y sus dominios de ultramar.
Los dominios tanto españoles como portugueses de América han declarado su autonomía de la metrópolis y su independencia, constituyéndose los primeros en república y los segundos en monarquía. De este modo, los lazos que los habían mantenido atados a Europa se han roto y su relación con la metrópolis se ha disuelto. Su ambición ahora consiste en dejar atrás su condición de países subordinados y engrosar las filas de los Estados soberanos. Esta arbitraria emancipación y su efecto sobre las metrópolis y, con ello, sobre el pleno sistema de Estados europeos, invita a una seria reflexión y acapara con todo el derecho la atención general.

III.
La revolución de Sudamérica.
(según de Pradt.)
Tamaño espectáculo político como el que ofrece actualmente Sudamérica no se ha visto jamás en todo el mundo, no tiene parangón en los anales de la historia.