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Cuadros fotográficos:

el México pintoresco de Hugo Brehme

México fue la segunda patria del alemán Hugo Brehme, quien nació en Eisenach en 1882 y falleció en la ciudad de México en 1954. Brehme es uno de los fotógrafos más importantes de América Latina de la primera mitad del siglo XX. Muchas de sus fotografías plasman sobre el papel un México sustraído del tiempo, un país idílico en el que el progreso tecnológico apenas parece haber dejado sus huellas. Con ello Brehme despertó la añoranza de viajeros y emigrantes que abandonaban su patria con la esperanza de retornar a una vida más natural.

"Los extranjeros llegan de Europa decepcionados del mundo de las fábricas y el automatismo. […] Se interesan en la cultura de México cuando a nadie más le interesa. México, para ellos es una compensación al fracaso de la industrialización."
Poniatowska 2004:87

Vista de Amecameca con el Ixtaccíhuatl, antes de 1923. ©Instituto Ibero-Americano, Berlín

Vista de Amecameca con el Ixtaccíhuatl, antes de 1923. ©Instituto Ibero-Americano, Berlín

Los paisajes fotografiados por Brehme se caracterizan por una búsqueda romántica de la vastedad, de la belleza y del exotismo. Igual que en los cuadros de Caspar David Friedrich (1774–1840), la naturaleza aparece como una gran antítesis mágica, un objeto meditativo en cuya contemplación quedan ensimismados los individuos. Y así como en los cuadros de este gran pintor del romanticismo alemán, las personas se sienten minúsculas y desvalidas ante la majestuosidad de la naturaleza. De esta manera, Brehme parece querer restablecer la relación de poder entre el hombre y la naturaleza, tergiversada por la creciente tecnificación. Resalta el protagonismo de la naturaleza al enmarcar motivos principales como por ejemplo grandes montañas con otros elementos pictóricos como troncos y ramas de árboles o arcos. En general representa a personas de pie, sentadas o agachadas, transmitiendo la impresión de tranquilidad y de profunda armonía con la naturaleza. Si el objetivo de la cámara incluye testimonios de obras humanas, se trata a menudo de arquitectura colonial.

"Éstos, la historia y el paisaje intactos, se han mantenido hasta la actualidad como imágenes ideales del turismo. No es más que el intento de realizar en persona el sueño romántico de la lejanía. Cuanto más se cerraba la sociedad burguesa, con tanto más empeño intentaba el ciudadano escapar de ella como turista."
Enzensberger 1969:190

Vendedora de flores en Xochimilco, ciudad de México, hacia 1925. ©Instituto Ibero-Americano, Berlín

Vendedora de flores en Xochimilco, ciudad de México, hacia 1925. ©Instituto Ibero-Americano, Berlín

Las fotografías de Brehme no sólo muestran una gran perfección técnica, sino también una composición artística similar a la de una pintura. Enmarcadas en la tradición del pictoralismo, solían estar retocadas, lo cual intensificaba aún más su expresión pictórica. La tonalidad sepia les daba adicionalmente un toque nostálgico. Al mundo desencantado de los países sometidos a una creciente industrialización, Brehme contraponía el enaltecimiento estético de México.

Anuncio de Hugo Brehme de “México y sus colonias extranjeras en la República Mexicana”,  México, D.F. 1925

Anuncio de Hugo Brehme de “México y sus colonias extranjeras en la República Mexicana”, México, D.F. 1925

Brehme no utilizaba la cámara para documentar el mundo con el que se iba encontrando. Más bien utilizaba la fotografía como forma artística propia, próxima a la elegía (compárese Sontag 2008:21). Le  servía para evocar o proyectar en el retrato una realidad ansiada. Susan Sontag explica que esta necesidad se debe al ritmo cada vez más acelerado de la historia: "Puesto que el cambio histórico se produce cada vez con mayor rapidez, el pasado se ha convertido en el sujeto más surrealista que existe: permite, para decirlo en palabras de Benjamin, reconocer en aquello que se desvanece una nueva belleza. […] No obstante, el Viejo Mundo no puede renovarse, ni siquiera mediante citas; y éste es precisamente el lamentable y quijotesco aspecto de la fotografía" (Sontag 2008:78).

Paisaje de Cuicatlán, Oaxaca, hacia 1925. ©Instituto Ibero-American, Berlín

Paisaje de Cuicatlán, Oaxaca, hacia 1925. ©Instituto Ibero-Americano, Berlín

Debido a la amplia divulgación de sus fotografías tanto en tarjetas como en postales, revistas y libros, Brehme tuvo gran influencia sobre la imagen de México en el exterior. Fomentó, además, el turismo. La imagen creada y exportada por Brehme se basaba a su vez en la obra de otros fotógrafos que impregnaron la idea que Brehme tenía de México ya antes de su llegada al país, así como observa el crítico de fotografía José Antonio Rodríguez. De este modo, la construcción visual de México fue desarrollada de forma múltiple por las miradas extranjeras (compárese Rodríguez 2004:31f).

"El empleo ideológico de la fotografía como testimonio de confianza reforzaba las fantasías del mundo ideal europeo a través de imágenes de lo pictórico, lo distinto, del 'otro'. La percepción de América latina como tierra exótica se convirtió, con la difusión de la fotografía en Europa, en un patrimonio general que quedó anclado en la conciencia europea, a fin de cuentas, como imagen/concepto de las realidades latinoamericanas."
Kossoy 1998:38

Mercado de Amecameca, Estado de México, antes de 1925. ©Instituto Ibero-Americano, Berlín

Mercado de Amecameca, Estado de México, antes de 1925. ©Instituto Ibero-Americano, Berlín

No obstante, ningún ordenamiento crítico cuestiona el valor excepcional del singular legado fotográfico de Hugo Brehme. En el año 2002 su colección fotográfica en el Archivo Fotográfico Nacional de la población mexicana de Pachuca (Estado Federal de Hidalgo) pasó a formar parte del programa "Memoria del mundo" de la UNESCO.

"Sus fotos, de inusitada belleza, son también una aportación a la ecología. Al hojear su libro, vemos con tristeza, cómo éramos antes de bonitos y qué feos nos estamos poniendo. Regresamos a la fuente, a este hombre muy correcto de sombrero negro que supo, la cabeza escondida bajo un trapo negro, brindarnos lo mejor de nuestros paisajes y ofrecérlosnos, para que los cuidemos y les devolvamos algo de su inicial belleza." 
Poniatowska 2004:87

(Diana von Römer)

Bibliografía:

  • Enzensberger, Hans Magnus. 1969. Eine Theorie des Tourismus. En: Hans Magnus Enzensberger: Einzelheiten I. Bewußtseins-Industrie, 179-205. 5. Auflage. Frankfurt am Main: Suhrkamp.
  • Kossoy, Boris. 1998. La fotografía en Latinoamérica en el siglo XIX. La experiencia europea y la experiencia exótica. En: Wendy Watriss y Lois Parkinson Zamora, eds., Image and Memory: Photography from Latin America 1866-1994. Austin, Texas: University of Texas Press.
  • Nungesser, Michael, ed./Hg., 2004. Hugo Brehme, Fotógrafo: México entre revolución y romanticismo. / Hugo Brehme, Fotograf. Mexiko zwischen Revolution und Romantik. Berlin: Willmuth Arenhövel. [edición bilíngüe / zweisprachige Ausgabe]
  • Poniatowska, Elena. 2004. Viajando con Hugo Brehme. En: Nungesser 2004:81-89.
  • Rodríguez, José Antonio. 2004. Hugo Brehme. La construcción de un imaginario nacionalista. En: Nungesser 2004:29-43.
  • Sontag, Susan. 2008. Über Fotografie. 18a edición. Frankfurt am Main: Suhrkamp.